EL PASIONAL

"Nada convence mas que la puta verdad"

10 de agosto de 1998

 

PREGUNTAS A MI MEDICO

Dr Chimbín

La entrega de hoy guarda una especial significación, pues constituye nuestro número "chupeta". Exactamente, si tomamos en cuenta las dos ediciones especiales y las otras diez que precedieron a El Pasional que leen, este es el cabalístico, astrológico y enigmático guarismo que unos pocos rogaban nunca existiera y la mayoría clamaba por que pronto saliera. Para los que creen en supersticiones, es bueno aclarar acerca de la ausencia total de ondas negativas en nuestra publicación, ya que por el contrario, procuramos la mayor carga de energía positiva que podamos eyacularles cada vez que escribimos. Así que déjense de supercherías güevonas y vacílense lo que sigue.

Supranormal Dr. Chimbín:

¿Cómo que chupeta?, no entiendo.

Ing. Enua Inocencia, 25 añitos (Tucagas, en Falcón).

Mientras más me lo preguntas, más me trece y siento ganas de que chupetas. ¿Entendiste ahora?

 

Nonplusultra Dr. Chimbín:

Debo empezar diciendo que mi marido es un grandísimo coño e´ su madre. Si lo de salir cachos fuera verdad, yo no pasaría ni por el Arco del Triunfo. Esto lo sé desde hace tiempo ya, pero (llámeme cabrona si lo desea) hasta me había habituado a que me corneara. En casa utilizamos las toallas de "La Orquídea" y nos gustan mucho los jaboncitos del "Dallas", además de que nos son muy útiles los ceniceros de "Las Vegas" cuando vienen visitas. Sin embargo, mientras lo hacía con mujeres anónimas, rostros incógnitos, cucas desconocidas, etc. podía tolerarlo, pero ahora sospecho que se ha raspado a mi mejor amiga, y esa vaina ya es el colmo. No se imagina cuanto sufro y la arrechera que me consume cuando pienso en que el muy zángano se regocija empiernado con la traidora esa. He buscado alguna solución y se me ocurrió que quizás lo mejor sea cortarle el güevo de raíz, así no podrán seguir jodiendo. ¿Qué hago?

Sra. Nina Cabronne de Adulterano, 36 a. (San Cacho, Cojedes)

En primer lugar serénese, no es lícito andar cortando güevos por ahí. El paso siguiente es confirmar que en realidad su marido se está cepillando a su "amiga". Para eso no es necesario que se ponga a seguirlo por cuanto hotel o burdelito recorra el mamarracho ese, como si fuera agente del FBI o la PTJ (que vienen a ser la misma vaina). No, no hace falta que se ladille siguiéndolo por todo el Pais (ya que los hoteles que Ud. menciona quedan bien lejos de donde vive, ...¡ejém! por supuesto esto lo se por que me lo comentó un conocido). Ahora puede adquirir en cualquier farmacia (ya que esos hijo e´putas con tal de vender no le van a pedir récipe médico ni que vaya a comprar cianuro) Lactomirón® (contraste fluoresceínico que se acumula en ... bueno, Ud. sabe). Este preparado está disponible en presentación oral. Usted se lo puede dar en una vaso de Kindy de limón (para disimular un poco la fosforescencia) y luego (con las lentes especiales que trae el empaque) estar pendiente de ver donde va "marcando" el pipe alegre de su esposo. Si su amiga viene con un flujo verde, no le pare bola, esa vaina debe ser una Trichomonas o algún Vulvobacter cloacae que le pegó alguien mas. ¡Ah!, pero si el flujo además de verde, brilla como kryptonita supermanera, ese fue el perro de su marido. De cualquier forma, si confirma sus sospechas, ya que a ese carajo no lo va a cambiar y la otra es amiga suya, ¿no le parece mejor proponerles un trío?, digo, por eso de "paz y amor, no a la violencia", ¿no?.

 

Dinámico Dr. Chimbín:

Hace algunos meses noté que me salía una "pepita" chirriquitica en toda la mitad del mero centro de la punta de la cabeza del güevo. Al principio no le presté mucha atención, pues lo atribuí a una reacción alérgica a distintos lubricantes que uso. Luego de unas semanas la pepita no solo seguía allí, sino que había aumentado de tamaño y se erigía como una especie de pepinillo (por su aspecto, ya que de sabor nadie quiso colaborar en decirme). Asumí que era la respuesta inflamatoria y mas tarde volvería a la normalidad. Pero después de un mes se puso como una berenjena. Aunque preocupado, pensé que estaba morado porque ya se iba a caer solo, sin embargo al cabo de otro mes seguía creciendo. Ahora es como una gran coliflor (del tipo experimento genético de hiperdesarrollo agrícola norteamericano). Nadie quiere tirar conmigo (ni pagando el triple). Cuando orino me salpico los pies, la cara, la barriga, el pecho, la pared del frente y las de los lados. Empiezo a creer que esto no es normal. ¿Ameritaré tratamiento?

Crisostodo Venéreo, 32 a. ( Valera, Edo. Estuprillo)

Claro que amerita, ¡amerita un trasplante de cerebro! Cómo es posible que haga flagrante omisión de cualquier cosa que le salga en el güevo, qué esperaba, una verdura que fuera de su gusto? Eso que le cuelga del aparato fornicador es un VPH (virus de putiloma humano), que Ud. sabrá donde lo cogió. En su etapa inicial hubiéramos podido intentar con ácido acético, electrocauterización o interferón. ¡Ah, pero como a usted le gustan las vainas a lo grande! son otras medidas las que debemos adoptar ahora. Primero puede intentar sumergir la cabeza en gasolina (¡la del güevo, imbécil!) y prenderle candela (¡cúbrase las bolas tarado, que el olor a pelo chamuscado es bien feo!). Si no erradica el mal con eso, trate de escindir el coliflorzote con una motosierra, teniendo cuidado de no esparcir los pedazos por todos lados, pues le pueden salir estas cosas en todo el cuerpo y va a parecer Superrepollo. En caso de resistencia al tratamiento, efectúele varios disparos a mansalva, si no perece le recomiendo acuda a un especialista contactándolo por su e- mail [email protected]ña.com.

 

De fábula Dr. Chimbín:

Soy residente abnegado de un hospital de mi comunidad. En fecha reciente un adjunto del servicio en el que trabajo, diagnosticó erroneamente a uno de mis pacientes. El mismo se quejaba de "dolor en el ciego", pero este médico interpretó que "se había quedado ciego del dolor", llegando a la falsa conclusión de que se trataba de un "glaucoma agudo", cuando lo que tenía el enfermo (como luego tuvimos el desagrado de comprobar) era un peo enclavado en una tripa, por un plato de lentejas en descomposición que había engullido. Desde entonces, el sentimiento de culpa no deja de atormentar a este adjunto, quien se ha dado a la tarea (con el fin de aliviar su conciencia) de que se atienda la más mínima queja del sujeto en cuestión. Como la mayoría de nuestros pacientes, este ser es pobre de solemnidad (negrito para mas señas), por lo que para hacerle una serie de estudios por diversas dolencias que iba presentando ,tuve que jalar bola durante días en el Servicio Social del hospital (donde pululan despreciables macacas que se regocijaban con mi conducta), pues los mismos solo los hacían en centros privados. No conforme con eso, el día de la cita, el ya no tan admirado por mi del adjunto, me espetó con desdén: "lo llevaz a la clínica, lo cuidaz y luego lo traez zano y zalvo". Mi arrechera iba in crescendo cuando el negro ese gritaba desde su cama (donde perennemente está achado por la flojera pertinaz que le consume) "se me va a hacer tarde, ¿qué estás esperando para llevarme, no joda?". Sentía el ácido calando hasta la nariz cuando una vez en la ambulancia (mientras reclamaba por "tan inadecuado medio para su transportación") se atrevió a decir: "yo voy adelante, porque atrás no hay asientos". "El coño de su putísima madre negra", invoqué al llegar, mientras me sacaba la bata para dársela al muy perro pues "el aire acondicionado de la clínica le daba frío ". Luego un office boy me ordenó quedarme afuera: "los familiares no pueden entrar" , a lo que contesté: "acaso me parezco al negro de mier..." pero como toda respuesta obtuve un portazo en la cara. Después de 6 horas esperando, salió por fin con todos los paraclínicos hechos, y fue cuando me percaté de que el chofer de la ambulancia nos había dejado el plumero desde hacía rato. No tenía dinero para un taxi, y le dije al oscuro que íbamos a caminar hasta el hospital. Atónito escuché a la mancha decirme: "yo estoy enfermo y no puedo caminar, me fatigo mucho". Ya con rabia manifiesta no pude evitar interrogarle: ¿y que carajo quieres que hagamos? , replicando sin inmutarse: "ya que no hay real para un carro libre, mínimo me tiene que llevar cargado". Cuando me disponía a matar a golpes al mono desvergonzado, en mi mente apareció la imagen del viejo adjunto señalándome con dedo acusador. Cargué con el mojón de negro ese, practicamente todo el trecho. "No me arrugues las placas" seguía recomendando. Y fue así como al doblar la última curva y enfilar hacia el hospital, no resistí mas, tomé a ese animal por el afro y lo azoté contra el suelo, pateé su sucio organismo hasta cansarme, le volé las muelas que le quedaban de un buen coñazo y le oriné la cabeza, ya exhausto. En realidad le escribo para que me diga ¿qué será bueno para las ampollas en los pies?

Elmilo K. Flujero. 29 a (El Planito, Caracas)

Bueno chico, las ampollas con cremita de sábila y un poco de tiempo. Lo bolsa no se.

 


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Métase y Vea . . .

Editorial
Porque "nada convence más que la puta verdad"

Diccionario de a Término Médico
¡Sea gente, exprésese con propiead!

Diccionario Enciclopúbico Iletrado:
(Un esfuerzo mas de El Pasional por desasnar a quienes nos leen)

Los Expedientes Secretos: ¿Qué es un Kikuchi? (QK´s Files)
¿De verdad existirá esa vaina?

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